UC - Críticas
| País: Reino Unido. Año: 2013. Duración: 113 min. Género: Thriller.
Dirección: Danny Boyle. Guion: Joe Ahearne y John Hodge. Producción: Christian Colson. Música: Rick Smith. Fotografía: Anthony Dod Mantle. Montaje: Jon Harris. Diseño de producción: Mark Tildesley. Vestuario: Suttirat Anne Larlarb. Distribuidora: Hispano Foxfilm.
Estreno en España: 14 Junio 2013. Calificación por edades: No recomendada para menores de 16 años. |
Interpretación: James McAvoy (Simon), Vincent Cassel (Franck), Rosario Dawson (Elizabeth). |
ACORDARSE DE OLVIDARSE
“Trance” es la nueva propuesta del director británico Danny Boyle, unos de los mayores funambulistas e ilusionistas del cine contemporáneo (en un sentido algo peyorativo, me temo). Si uno repasa con atención su filmografía descubrirá muchos éxitos de público y crítica, muchos films de impacto instantáneo que con el tiempo se van diluyendo en nuestro recuerdo como azucarillos en nuestra sangre cuando se ha consumido la glucosa que nos proporciona. Y es que Boyle es un tipo listo, pero cada día me doy más cuenta de que es un auténtico vendedor de humo.
SINOPSIS: “Trance” nos relata la historia de Simon, un asistente de una casa de subastas que se asocia con una banda criminal para robar una obra de arte que vale millones de dólares, pero después de haber recibido un golpe en la cabeza durante el atraco, descubre, al despertarse, que no recuerda dónde ha escondido el cuadro. Cuando las amenazas y la tortura física no logran ninguna respuesta, el jefe de la banda contrata a una hipnoterapeuta para que hurgue en la mente de Simon. A medida que va adentrándose en su destrozado subconsciente, lo que está en juego llega a ser mucho más y los límites que separan el deseo, la realidad y la sugestión hipnótica comienzan a difuminarse y desaparecer.
Con “Trance” vuelve a pasar lo mismo. El film está produciendo una corriente de fervientes admiradores fascinados por los fuegos artificiales con los que suele deslumbrarnos el director a través de su impactante y efectista puesta en escena. Sin embargo, si uno excarva un poquito en el guión, pese a sus giros, sorpresas y trampas, descubrirá que está más vacío que el agujero de un Donut. “Trance” es cine negro moderno, casi podría definirse como un “noir chill-out”, donde la elegancia de las imágenes se combina con una banda sonora en un cocktail narcotizante que busca explorar y excitar los sentidos del espectador para que así no se perciba del engaño. En ese sentido estético, se podría emparentar con la reciente "Efectos Secundarios" de Soderbergh, aunque allí la propuesta era más acertada.
La película es, por tanto, visualmente atractiva, nadie dice que Boyle no sea un maestro en eso, pero la historia tiene tanta credibilidad como Espinete recitando Hamlet y eso para mi es un grave problema. La utilización de la hipnosis y la ausencia de memoria ya se ha utilizado muchas veces en el cine de género con mejores resultados, desde Hitchcock hasta Nolan, y la inmersión en las profundidades oscuras de la psique humana ya tiene un maestro mucho más brillante como es Lynch, así que a mi “Trance” me aburre profundamente, que se le va hacer, pese a que sepa explotar la sensualidad de una estupenda Rosario Dawson que se convierte en lo más destacable de la función.
